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La Otra

Nunca más

Llevo desde el martes así, durmiendo un par de horas. Esto es lo que se llamaría una resaca de gin-tonic y fluidos ajenos. Pero es que realmente no lo soporto, cada vez estoy más segura; me agota escuchar sus charlas filosóficas, sus análisis sociológicos sobre la ficha técnica de cada una de las encuestas que aparecen en cualquier medio, su forma de comer fijando la mirada en el plato como un perro.
Aún así, me vuelvo loca cuando veo en sus ojos una intensidad que sé lo que significa. En décimas de segundo me da un beso tannnnn... que no puedo evitar volver a follar como si no fuera a volver a hacerlo jamás.
Estoy enferma, no puede ser normal que me abrase por dentro si me mira así. Tengo que dejarlo. De verdad, ésta es la última vez. Para demostrármelo, hoy me fui de su casa sin decir nada, sin una caricia, sin un beso. Nada. Sólo un portazo. Que se joda.

2 comentarios

jcdenton -

Has hecho bien.
Mantente al margen y aléjalo de tu vida de una vez.
El tiempo te lo agradecerá.

un saludo afectuoso

Nico -

Acabas de ganar 100 puntos en mi ranking de humanidad María. Felicidades.