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La Otra

La Otra vida

Desencuentro

Tan extraño es verle como no hacerlo. Llevaba dos meses sin saber nada de él. Cuando ocurre esto acabo fantaseando con que ha muerto y que nadie de su entorno me avisa por respeto a ella. Pero, por alguna casualidad, yo sé de su muerte y me presento en el funeral y todos me miran con desprecio. Pero mantengo la cabeza muy alta, a mí me amó primero y mucho más. Fue ella la que se interpuso entre nosotros y siempre que he querido ha vuelto conmigo.


Pero no ha muerto. Ayer le vi y fue como encontrarme de frente con un fantasma. Es realmente estúpido el comportamiento que tenemos cuando llevamos tanto tiempo sin hablar. Esta vez él fue el que se mantuvo distante, como si jamás hubiera ocurrido nada, como si no hubiéramos hecho el amor hasta el agotamiento tantas veces, como si nunca me hubiera dejado embarazada, como si dos meses después no se hubiera casado con ella, como si no estuviera vivo.

Desafíos

Cuando hacemos un órdago en la mayor parte de las ocasiones no queremos que nos lo tomen en serio. Es decir, nunca quise que dejara de llamarme ni que durante tanto tiempo haya estado alejado de mí. Pensé que volvería para suplicarme, para mentirme una vez más y prometerme que la dejaría. Lo ha hecho tantas veces que es parte del juego, del suyo y del mío.

Nunca más

Llevo desde el martes así, durmiendo un par de horas. Esto es lo que se llamaría una resaca de gin-tonic y fluidos ajenos. Pero es que realmente no lo soporto, cada vez estoy más segura; me agota escuchar sus charlas filosóficas, sus análisis sociológicos sobre la ficha técnica de cada una de las encuestas que aparecen en cualquier medio, su forma de comer fijando la mirada en el plato como un perro.
Aún así, me vuelvo loca cuando veo en sus ojos una intensidad que sé lo que significa. En décimas de segundo me da un beso tannnnn... que no puedo evitar volver a follar como si no fuera a volver a hacerlo jamás.
Estoy enferma, no puede ser normal que me abrase por dentro si me mira así. Tengo que dejarlo. De verdad, ésta es la última vez. Para demostrármelo, hoy me fui de su casa sin decir nada, sin una caricia, sin un beso. Nada. Sólo un portazo. Que se joda.

Caí otra vez

Anoche volví a hacerlo. Sí, ya sé que no tiene ningún sentido y que han sido mil las veces que me he prometido a mí misma que diría que no. Si es que yo creo que no tengo remedio. Me llamó a media tarde y me pidió que quedáramos un momento. Le dí largas pero continuó insistiendo hasta que finalmente accedí a quedar con él.
-"Pero sólo una hora, que tengo trabajo en casa".
Quedamos en uno de nuestros lugares habituales y empezaron a pasar las horas. Bebimos, reímos, cruzamos miradas, cenamos y pasaron las horas hasta que una de ellas nos dió en su casa. Era todo muy normal. Me sirvió un gin-tonic, "el último", y no sé ni cómo me quedé medio dormida en el sofá. ¿Que cuánto tiempo pasó?. Pues no lo sé. Recuerdo que me desperté con una caricia y al abrir los ojos ví su rostro demasiado cerca del mío. Y me besó.